Futuro
Por Juan N. Reynolds Uno de los casos más interesantes de resurrección que jamás ha llegado a mi conocimiento, era el caso de Jorge Lennox, un notorio ladrón de caballos en el condado de Jefferson. Estaba cumpliendo su segunda condena o sentencia. El condado de Sedgwick le había enviado a la cárcel por primera vez, por el mismo delito de robar bestias.
¿Quién puede pensar en el futuro sin considerar si hay otra existencia después de esta vida? El hombre no puede evitar los pensamientos de su estado después de la muerte, pero tiende a ponerlos fuera de su mente. Se dedica a las cosas de esta vida, poniendo los pensamientos de la muerte, el cielo y el infierno en el futuro lejano (Mateo 24:48, Eclesiastés 11:8). Sin embargo, la realidad es que uno tiene que elegir. El no hacer nada resulta en perderse eternamente.
El Señor vendrá como ladrón en la noche: inesperado (2 Pedro 3:10). ¿Y por qué creemos que será pronto? Mira a tú derredor. ¿Qué es lo que ves?
En el principio, Dios creó el mundo. Creó el sol, la luna y las estrellas, los animales y las plantas. El día sexto hizo al hombre a su imagen y sopló en él aliento de vida.