Los primeros dos seres humanos
En el sexto día de la creación, el mundo de Dios en verdad era bonito. Los campos estaban verdes, las plantas tenían flores, las aves y los animales poblaban el bosque.
Pero no había gente sobre la tierra. No había ciudades, ni fincas, ni casas. Ni un niño jugaba debajo de los árboles. Sin embargo, el mundo ya estaba listo para que el hombre y la mujer lo disfrutaran.
Dios dijo: “Hagamos al hombre a nuestra semejanza. Él será un alma viviente y señoreará sobre toda la tierra.”
Entonces Dios tomó polvo de la tierra y formó al hombre. Sopló en su nariz aliento de vida y fue el hombre un ser viviente. Dios llamó a este primer hombre Adán.
Para darle un hogar al hombre, Dios sembró un hermoso huerto en Edén. Un río cristalino corría por en medio del huerto. A Adán le tocaba cuidar del huerto. Dios le trajo todos los animales para que él le pusiera un nombre a cada uno. Adán notó que había dos de cada clase de animal.
Pero Adán estaba solo en aquel huerto perfecto. Dios dijo: “No es bueno que el hombre esté solo. Le haré a alguien que esté con él y le ayude.”
Dios hizo que Adán durmiera profundamente. Luego tomó una costilla del costado de Adán. De esa costilla, Dios hizo una mujer, y Adán la llamó Eva. Adán y Eva se amaban. Ellos estaban muy felices e el hermoso huerto que Dios les había dado como hogar.
Génesis 1:26; 2
Adán y Eva en el hermoso huerto de Edén.
Padres:
“Te alabaré; porque formidables, maravillosas son tus obras” (Salmo 139:14).
Niños:
1. ¿Quién hizo a Adán y a Eva?
2. ¿Cómo se llamaba el huerto donde vivían Adán y Eva?
3. ¿Quién les puso nombre a los animales que Dios hizo?