Maravillas en Egipto
El Señor le dijo a Moisés: “Faraón ha endurecido su corazón y rehusa escuchar mi voz. No quiere dejar ir a mi pueblo. Ve por la mañana y ponte junto al río. Cuando llegue Faraón, extiende tu vara sobre las aguas de Egipto.”
Moisés y Aarón obedecieron a Dios. Cuando Aarón golpeó el agua con su vara, el agua se convirtió en sangre. Todos los peces murieron y una terrible hediondez llenó la tierra.
Después de siete días Dios quitó la plaga de sangre, pero Faraón no se arrepintió. Entonces hubo una plaga de ranas que cubrieron la tierra. Había ranas por todas partes. Pero el corazón de Faraón se endureció aun más.
Luego Aarón golpeó el polvo con la vara y todo el polvo se convirtió en piojos. Había piojos tanto en la gente como en el ganado.
Después Dios mandó grandes nubes de moscas, hasta que las casas se llenaron y el cielo se cubrió de ellas. Pero donde vivían los israelitas no había ni piojos ni moscas.
Luego vino una terrible plaga que afectó a todos los animales en Egipto. Miles de caballos, camellos, ovejas, y ganado murieron. Pero ninguna plaga dañó el ganado de los israelitas.
Después de esto, Moisés y Aarón tomaron cenizas de un horno y las tiraron hacia arriba. Inmediatamente empezaron a aparecer úlceras en la gente y en los animales. Siguió una gran tormenta de granizo como nunca antes se había visto en la tierra de Egipto. Moisés y Aarón a menudo instaban a Faraón, pero él no cedía.
Después de la tormenta, vino un viento muy fuerte del este con nubes de langostas que devoraron todo lo verde que la tormenta no había destruido. Finalmente hubo una gran oscuridad que duró tres días. Los egipcios no podían ver el sol, ni la luna, ni las estrellas.
Entonces Faraón le gritó a Moisés:
—¡Quítate de mi vista; que nunca más vuelvas a ver mi rostro!
—Que sea como usted diga —le respondió Moisés.
Éxodo 7:14-25; 8; 9; 10
Egipto es destruido por las plagas.
Padres:
“Por cuanto no se ejecuta luego sentencia sobre la mala obra, el corazón de los hijos de los hombres está en ellos dispuesto para hacer el mal” (Eclesiastés 8:11).
Niños:
1. ¿En qué se convirtieron las aguas de Egipto?
2. ¿Cuánto tiempo duró la oscuridad?
3. ¿Qué le dijo Faraón a Moisés al final?