Mensajeros celestiales anuncian las buenas nuevas
Pocas horas después que Jesús nació, Belén quedó en un profundo silencio. El pueblo que ahora dormía, no se imaginaba que un gran evento acababa de ocurrir. En una pradera cercana, varios pastores se agrupaban para calentarse unos con otros, mientras vigilaban sus rebaños.
De repente, una luz gloriosa los iluminó y les apareció un ángel. Los pastores se atemorizaron. Pero el ángel les dijo: “No tengan miedo, porque les traigo las nuevas de más gozo que jamás hayan escuchado. Hoy ha nacido Cristo, el Salvador, en un establo en Belén. Lo hallarán envuelto en pañales, acostado en un pesebre.”
Repentinamente todo el campo donde estaban se iluminó al aparecer miles de ángeles. Sus voces melodiosas se elevaron en un coro de alabanza: “Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres”. Entonces los ángeles desaparecieron tan repentinamente como habían llegado.
Los pastores se dirigieron a Belén a toda prisa. Allí hallaron al niñito Jesús tal como el ángel lo había dicho. Ellos les dijeron a José y a María todo lo que había sucedido.
Después los pastores regresaron a sus rebaños. Iban contando las maravillosas nuevas a todos los que encontraban en el camino. ¡Cómo alababan a Dios!
Muy lejos de allí, unos magos vieron una estrella muy brillante en el cielo. Después de observarla, ellos dijeron que era una señal de Dios de que había nacido un nuevo rey. Rápidamente cargaron sus camellos y viajaron hacia Israel.
En Jerusalén, ellos preguntaron:
—¿Dónde está el rey que ha nacido? —Se les dijo que debía nacer en Belén. Esa noche la estrella que habían visto continúo hacia Belén. Ella guió a los magos hasta la casa donde estaba Jesús.
¡Qué contentos estaban los magos de haber hallado a Jesús! Se arrodillaron y adoraron al niño. Le dieron regalos de oro, incienso, y mirra. Así fue como Dios proveyó para sus siervos fieles, José y María.
Lucas 2:8-20; Mateo 2:1-12
Los pastores escuchan las nuevas que les trae el ángel.
Padres:
“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna” (Juan 3:16).
Niños:
1. ¿Qué hacían los pastores durante la noche?
2. ¿Quién les dijo a los pastores que Jesús había nacido?
3. ¿Qué guió a los magos hasta donde estaba Jesús?