En este momento estás vivo, respiras, te mueves o trabajas. Puede ser que vives cómodamente o que existes en miseria. El sol sale y se pone. En algún lugar nace un bebé, y a la vez, siempre hay alguien que está muriendo. TODA LA VIDA ES SOLO UN ARREGLO TEMPORAL. PERO . . . ¿A DÓNDE IRÁS DESPUÉS DE LA MUERTE? No importa si eres religioso o si no crees en ninguna religión, aún necesitas resolver esta pregunta de mayor importancia, porque después de una breve vida terrenal, el hombre va a su destino eterno (Eclesiastés 12:5). PERO, ¿A DÓNDE?

Hay solamente dos destinos, puesto que en el día de juicio no habrá más que dos clases de personas. “Los que hicieron lo bueno, saldrán a resurrección de vida; mas los que hicieron lo malo, a resurrección de condenación” (Juan 5:29). ¿Cómo será el infierno? Sus terrores no pueden ser comprendidos. Sin embargo, las Sagradas Escrituras nos proveen de algunas comparaciones: un fuego consumidor, un fuego que nunca se apagará, las tinieblas de afuera, el castigo eterno, el tormento y el lago de fuego. Mateo 25:41 Apartaos de mí Juan 5:28-29 Resurrección de los condenados Lucas 16:25 Hijo, acuérdate

La eternidad desafía la imaginación y la comprensión del hombre. No es un objeto, ni lugar; ni período de tiempo. No tiene principio y no tiene fin. Toda la humanidad desde Adán se encontrará en ella. El hombre es el único de todas las criaturas y de las cosas creadas, que estará vestido de un cuerpo inmortal, y hará el cambio de este tiempo a la eternidad. El hombre es la úniса criatura que tiene el “aliento de vida” (Génesis 2:7), y como Dios vivirá para siempre. Ahora mientras que haya tiempo, podemos escoger nuestro destino eterno.