P. ¿Qué es la evolución?
R. Evolución significa un proceso de cambio durante mucho tiempo. Sin embargo, lo más común es que la palabra evolución se utilice para referirse a la formación y desarrollo de la vida en la Tierra. La idea de que todos los seres vivos evolucionaron de organismos simples para producir toda la vida que vemos hoy se llama la “teoría de evolución”. El proceso que esta teoría promueve requeriría millones de años. A veces se utiliza la palabra evolución en sí para referirse a la teoría de evolución.
P. ¿Por qué dicen que la evolución es una teoría? ¿Qué es una teoría?
R. La definición más sencilla es que una teoría es una idea no probada que pretende explicar algo. Por ejemplo, todos observamos la luz, pero ¿se ha podido explicar exactamente qué es la luz? A lo largo de los años, muchas teorías diferentes han intentado explicar la luz, pero cada una de ellas fue descartada cuando se desarrolló una teoría nueva. Una teoría puede parecer razonable y puede ser ampliamente aceptada. Aunque esté respaldado por cierta evidencia, no es necesariamente un hecho. Una teoría, por definición, no está probada.
Se puede encontrar un ejemplo en nuestra comprensión del sistema solar. Durante siglos se creyó que el sol, la luna y las estrellas giraban alrededor del planeta Tierra. Ciertamente parecía ser así, por lo que era una teoría razonable. Fue ampliamente aceptado y enseñado como la verdad. Hoy sabemos con certeza que por muy razonable o aceptada que fuera, esa teoría era incorrecta. Una teoría, por definición, no es un hecho probado.
P. ¿Estás diciendo que la teoría de la evolución no está comprobada?
R. Sí, o no se llamaría teoría. No está probado porque nadie estuvo allí para observarlo, ni se pueden hacer experimentos para demostrarlo.
P. ¿Existen explicaciones alternativas para la formación y desarrollo de la vida?
R. Sí. La Biblia, que se declara la Palabra de Dios, nos dice que la vida y el universo fueron formados mediante una creación especial de Dios. Esto significa que Dios, que es eterno y todopoderoso, hizo el universo mediante un acto de su voluntad.
P. ¿No es la creación una teoría también?
R. Se puede considerar que ambos la creación y la evolución son teorías por la misma razón. Pretenden explicar algo, pero no lo pueden demostrar científicamente. Un ser humano no puede realizar ningún experimento para demostrar la creación. Nadie estaba allí para observarla, menos Dios el Creador, quien nos ha contado en la Biblia cómo ocurrió la creación. Depende de nosotros si creemos o no creemos lo que dice el Creador. Es una cuestión de fe.
P. ¿Qué se entiende por fe?
R. La fe es creer en algo que no hemos visto ni experimentado, o de lo que no hay pruebas. Cuando hay pruebas, la fe no es necesaria. Por ejemplo, tenemos fe en que el sol saldrá por la mañana. No lo sabemos a ciencia cierta, pero lo creemos. Sin embargo, no necesitamos fe para creer que el sol salió ayer. Lo que pasó ayer es un hecho. Estábamos todos ahí y sabemos lo que pasó. Lo observamos.
P. ¿Se necesita fe para creer en la evolución?
R. Sí, la fe es creer en algo que no se puede probar. Cuando hablamos de estas cosas, el mismo lenguaje que usamos revela que son cuestiones de fe. Decimos: “Creo en la evolución” o “Creo en la creación”.
P. ¿No creen todos los científicos en la evolución?
R. No. Hay muchos científicos que creen en la creación de Dios, no en la evolución.
P. ¿Pero no hay evidencia de evolución? ¿No prueba la ciencia con evidencia que la evolución es verdadera?
R. Eso depende. Los científicos que creen en la creación analizan la misma evidencia que los evolucionistas, pero llegan a conclusiones diferentes. Cada grupo considera la misma evidencia, pero la interpreta de manera diferente.
También hay científicos que, aunque sean ardientes evolucionistas, admitirán que la evolución es una forma de creencia que ellos mismos han elegido. Por eso reconocen que efectivamente es una fe.
P. ¿Importa en qué creo?
R. Sí, importa mucho, porque nuestras creencias determinan nuestras acciones. Durante muchos años la gente creyó que la Tierra era plana. Esto afectó su comportamiento. Tenían miedo de navegar muy lejos de la vista de tierra. Consideremos también nuestra creencia universal de que habrá un mañana. Si te convencieras y creyeras que el mañana en realidad no llegaría para usted, que este mismo día es el último que vivirá, ¿afectaría eso su comportamiento? ¿Vivirías hoy de manera diferente a como lo harías cualquier otro día?
P. ¿Qué daño hay en creer en la teoría de la evolución?
R. La evolución no acepta la necesidad de Dios. Ha proporcionado a la sociedad una manera de negar la existencia de Dios. Si hemos desechado el Ser Supremo, también hemos rechazado la autoridad moral suprema. Si no hay un Dios que le diga al hombre lo que es bueno y lo que es malo, entonces el hombre es libre de decidir por sí mismo. A lo largo de la historia vemos las consecuencias trágicas de los seres humanos que vivieron y actuaron según sus propios estándares egoístas.
P. ¿Será que un cristiano puede creer en ambos la Biblia y la evolución?
R. Solo con descontar la Palabra de Dios.
P. Quizás Dios usó la evolución como su método de creación. Si él es todopoderoso como afirma la Biblia, ¿no podría haber creado mediante la evolución?
R. Dios podría haber usado cualquier método que eligiera, pero el punto es, ¿qué método dice Dios que usó? Los dos primeros capítulos de la Biblia proporcionan la respuesta.
P. Algunos cristianos dicen que Dios no explicó la evolución porque la gente de antaño no pudo haberla entendido, y es por eso que los dos primeros capítulos de Génesis dicen lo que dicen. ¿Qué de esto?
R. Si aceptamos este modo de razonar, en efecto estamos diciendo que Dios no nos dijo la verdad. Sin embargo, la Biblia no solo revela que Dios ama la verdad, sino que Dios es la verdad. (Juan 14:6). También dice que él no puede mentir. (Tito 1:2). No puede mentir, porque Dios mismo es la verdad. Uno de los Diez Mandamientos dice: “No hablarás contra tu prójimo falso testimonio [mentira]” (Éxodo 20:16). ¿Parece razonable que Dios tenga un estándar más alto para nosotros que para él mismo?
P. ¿No dice la Biblia misma en alguna parte que un día y mil años son lo mismo para Dios? ¿No conjuga eso la evolución y el registro de Génesis?
R. No. Ese versículo se encuentra en 2 Pedro 3:8: “Mas, oh amados, no ignoréis esto: que para con el Señor un día es como mil años, y mil años como un día”. Este versículo no nos dice que un día y mil años son lo mismo, pero nos dice que Dios no experimenta el tiempo de la misma manera que nosotros. Aun así, si Dios hubiera usado seis mil años para crear, o seis millones de años, o seiscientos millones de años, ¿por qué simplemente no nos lo dijo? En cambio, la Biblia registra que él lo hizo en seis días, y enfatiza ese hecho al decir: “Y fue la tarde y la mañana un día [o el día segundo, tercero, cuarto, etc.]” (Génesis 1: 5, 8, 13, 19, 23, 31).
Un testimonio personal
Aunque ahora creo en el Dios de la creación, antes creía fervientemente en la evolución. Creía en la evolución por la misma razón que cree la mayoría de la gente. Fue todo lo que escuché. Fue lo único que me enseñaron. En nuestra sociedad hay una tremenda presión social de no creer en la creación. Existe cierto prejuicio, y a veces oposición, entre los académicos y científicos contra aquellos colegas que eligen creer en la creación.
Llegué a un punto en la vida cuando me sentí obligado a reconsiderar estos asuntos. En mi búsqueda personal de Dios, llegué a la conclusión de que seguir creyendo en la evolución minaría mi confianza en la Biblia como Palabra de Dios. La teoría de la evolución y el relato bíblico de la creación eran incompatibles. El uno o el otro tenía que desaparecer o ser alterado. No era solo una cuestión de preferencia personal. Yo quería saber la verdad. Después de un corto tiempo de orar y buscar la verdad, cualquiera que fuera esa verdad, descubrí que todas las estructuras elaboradas en mi mente de la evolución se habían desvanecido como arena en una inundación. Me sentí liberado, pero también algo engañado cuando vi que a lo largo de los años me habían dado una ilusión de la verdad. Incluso me sentí levemente indignado cuando me di cuenta de que el fundamento de mucho de lo que creía y de lo que me habían enseñado durante todos mis años en la escuela no era cierto en absoluto.
Les invito a considerar la Biblia y el Dios de la Biblia. La Biblia no fue escrita para enseñar ciencia, pero esto no significa que sea incorrecta científicamente. Proporciona mucho más que información histórica. La Biblia proporciona las respuestas a las preguntas de la vida. Cuenta cómo comenzó la vida en la Tierra y cómo terminará. No solo observa que hay mucha tristeza, dolor y muerte relacionados con la vida, sino que también explica por qué estas cosas son así. Proporciona también un antídoto, un remedio, para quienes lo elijan.
La Biblia no solo nos presenta a Dios, sino que también nos revela su carácter y nos ayuda a entender cómo estamos en relación con él. Nos dice lo que él espera de nosotros y cómo lograrlo. Finalmente, nos habla de un galardón increíble, o de una condena igualmente increíble; ambas son consecuencia de lo que elegimos creer en esta vida. ¿Creerás en Dios o creerás en el hombre?