Con frecuencia oímos estas palabras al salir de los negocios o al despedirnos de los amigos. ¿Pero en verdad que es lo que se espera para que el día nos vaya bien? ¿Acaso sería un día sin atrasos, conflictos y problemas, en el cual los demás nos traten a la perfección?
En tiempos pasados se despedían con las palabras: “¡Qué vaya usted con Dios!” Conforme al tiempo que ha pasado esto se ha cambiado a un simple “¡Qué te vaya bien!” y el significado se perdió. Pero no cabe duda de que la única manera de tener un buen día sería pasarlo con Dios.
Dios es eterno, omnisciente y omnipotente y se ha revelado a nosotros por medio de su Hijo, Jesucristo, y su Palabra, la Biblia. Él se preocupa por toda la humanidad y quiere que conozcamos el amor que tiene para todos (Apocalipsis 22:13; Juan 1:1).
Jesús dijo que tenemos que renacer (Juan 3:3-8). Renacer significa entregar nuestra vida a Cristo, quien murió por nuestros pecados. Nos convertimos a una vida nueva, caracterizada por la pureza, honestidad y templanza. Dios quiere que sus hijos representen el espíritu cariñoso de Jesús y que vivan en paz y amabilidad con sus prójimos. Ellos honran a Dios en todo lo que hacen y reconocen y siguen la dirección del Señor en todas las áreas de la vida.
Este evangelio es para todo aquel que se acerque a Dios con un corazón humilde y quebrantado (Salmo 51:17). Dios entra en su corazón y mora con él. Los que han encontrado esta fe en Dios van a querer juntarse con una confraternidad de creyentes que les une en amor fraternal (Efesios 4:4-5; Hechos 2:46-47).
Feliz momento en que escogí servirte,
mi Señor y Dios.
Preciso es que mi gozo en ti lo muestre
hoy con obra y voz.
¡Soy feliz! ¡Soy feliz! Y en su favor me gozaré.
En libertad y luz me vi cuando triunfó en mí la fe,
Y el raudal carmesí, salud de mi alma enferma fue.
Phillip Doddridge
¿Has experimentado un “día tan feliz” como él de que el poeta habla? Es la voluntad de Dios y el anhelo ferviente de los verdaderos cristianos que todos nazcan de nuevo y experimenten el gozo de salvación cada día (Salmo 144:9-15).
Al caminar día por día con nuestro salvador, Jesucristo, tendremos la paz y el gozo que ninguna prueba terrenal puede destruir. Mejor todavía, podemos esperar el gozo eternal en el cielo con nuestro salvador (Juan 14:2-3). Me despido con el deseo ¡QUE VERDADERAMENTE TE VAYA BIEN!